Un buen preescolar apoya al niño en el desenvolvimiento de sus capacidades:
• Desarrolla su destreza física. La
danza y los juegos que involucran movimientos corporales, cada vez más
complejos, lo preparan para el deporte. También emplea su habilidad
manual para realizar diversas actividades, armar rompecabezas, construir
con diferentes materiales y más tarde escribir.
• Enriquece su expresión creativa.
Respeta su trabajo personal y sus ideas para animarlo a seguir
manifestándose con espontaneidad. El niño juega, dibuja, modela, hace
música, cada vez con mayor libertad.
• Lo ayuda a entender mejor el medio que le rodea.
En la escuela, la comprensión del niño se va extendiendo en círculos
cada vez más amplios. Desarrolla valores, conocimientos y habilidades
útiles para observar, entender y cuidar su ambiente natural, para
convivir con otros y participar en proyectos grupales.
• Estimula el uso del lenguaje.
En el preescolar, el niño tiene que hablar y escuchar. Su vocabulario se
enriquece al jugar con los compañeros, al escuchar a su maestra leerle o
narrarle cuentos, al cantar canciones o aprender poemas.
Cualquier
asunto puede ser tema de conversación: las fiestas de la comunidad, las
frutas de la estación, los animales o las nubes. Hablar y escuchar lo
prepara para la lectura y la escritura.
• Inicia al niño en sus primeros contactos formales con las letras y los números.
No se trata tanto de enseñarle a leer sino de ponerlo en relación y
despertar su interés por el lenguaje escrito. Se trata también de
introducirlo en el mundo de las matemáticas descubriendo relaciones
entre los objetos: en qué se parecen, en qué son diferentes, cómo
ordenarlos o cómo contarlos. El preescolar prepara al niño para la
primaria, forma su mente y sus actitudes hacia el conocimiento.
En esta etapa es importante lo que el niño aprende, pero mucho más su entusiasmo por saber y experimentar
Cuando
promovemos el aprendizaje del niño en edad preescolar le abrimos
enormes posibilidades para desarrollar su inteligencia. El trabajo del
maestro es estimular su pensamiento, animarlo a observar y preguntar;
ofrecerle experiencias diversas para percibir con los sentidos, utilizar
las manos, los ojos, los oídos y la voz; desarrollar su imaginación,
creatividad y sociabilidad. El trabajo de los padres es darle estímulos
que refuercen y amplíen los conocimientos y destrezas que le propone la
escuela y ayudarlo a sentirse seguro, capaz, satisfecho e interesado.
Escuela y familia trabajamos juntos en favor del niño
Padres
y maestros necesitamos establecer una relación armoniosa, comunicarnos y
apoyarnos mutuamente para que el niño se sienta tranquilo y aprenda sin
problemas. Nuestro hijo debe saber que sus padres y su maestro
trabajamos juntos para que la escuela sea agradable e interesante para
él. Es conveniente hacer alianzas con el maestro, mantenernos al tanto
de los avances de nuestro hijo y colaborar en las actividades escolares.
Nunca debemos hablar mal de los maestros con nuestro hijo ni avalar las
quejas del niño a menos que lo notemos angustiado o sospechemos de
alguna situación grave, lo cual es indispensable atender y resolver de
inmediato.
- Los padres somos los principales responsables del desarrollo y bienestar de nuestro hijo.
- Padres y maestros necesitamos establecer una relación armoniosa
-
Nuestro hijo debe saber que sus padres y su maestra trabajamos juntos
Respeta su trabajo personal y sus ideas para animarlo a seguir manifestándose con espontaneidad. El niño juega, dibuja, modela, hace música, cada vez con mayor libertad.
En la escuela, la comprensión del niño se va extendiendo en círculos cada vez más amplios. Desarrolla valores, conocimientos y habilidades útiles para observar, entender y cuidar su ambiente natural, para convivir con otros y participar en proyectos grupales.
En el preescolar, el niño tiene que hablar y escuchar. Su vocabulario se enriquece al jugar con los compañeros, al escuchar a su maestra leerle o narrarle cuentos, al cantar canciones o aprender poemas.
No se trata tanto de enseñarle a leer sino de ponerlo en relación y despertar su interés por el lenguaje escrito. Se trata también de introducirlo en el mundo de las matemáticas descubriendo relaciones entre los objetos: en qué se parecen, en qué son diferentes, cómo ordenarlos o cómo contarlos. El preescolar prepara al niño para la primaria, forma su mente y sus actitudes hacia el conocimiento.
Nuestro hijo debe saber que sus padres y su maestra trabajamos juntos
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